Esta mañana, como cada día me he preparado un café y me he dispuesto a desayunar leyendo los blogs a los que sigo y me he llevado una sorpresa, ayer se lió la gorda!
No me gusta entrar en polémicas de si tú lo haces mal y yo bien, si mi manera de hacer es mejor que la tuya, yo tengo razón y tú no. Pues bien la polémica se ha montado, una vez más, por la manera que tiene la gente de criar a sus hijos.
La verdad es que yo he cambiado muchas de mis opiniones al tener a mi hijo en cuanto a la manera de criar o de tratar o de educar, pero siempre respetando a los demás.
Es la primera vez que voy a hablar de ciertas cosas que me causan cierto dolor aún hoy sobre mis experiencias de mami. Desde que me quedé embarazada tenía muy claro que mi hijo sería el que decidiría como irían las cosas, con sus tiempos necesarios y lo que mejor le fuese, evidentemente, también lo que mejor nos fuese a todos como familia pero siempre respetándonos.
Lo primero fue la lactancia. Yo me moría de ganas de dar de mamar a mi hijo y así fue desde el primer momento, en cuanto me lo puse encima. Nuestra lactancia duró algo más de seis meses, y aunque yo quería seguir con ella, mi hijo decidió que ya no quería más (es pensar en ello y se me hace un nudo en el estómago, no os lo podéis imaginar) y así acabó, y a día de hoy lleva cerca de cuatro meses con biberón. Yo no me siento mejor madre ni peor madre por la teta o por el biberón, sí que tengo esa espinita porque me hubiese gustado estar más tiempo, pero como ya sabía mi hijo decidiría hasta cuando, y puedo asegurar que no fue tan placentera como para muchas mamis porque hubieron muchos contratiempos (esto se merece un post, así que no me enrollo mucho).
Después el colecho. Creo que mi hijo vino a darme una colleja, porque yo estaba emocionadísima con dormir con mi pequeñín y él decidió que no le gustaba eso. Sí que colechamos, tenemos la cuna en sidecar y él se mete o se sale de nuestra cama a su antojo, pero a la hora de dormirse prefiere su cuna, su espacio.
Más tarde el porteo. No me voy a parar a hablar en los beneficios del porteo sino en lo bien que nos va a nosotros, hasta las abuelas se colocan las mochilas y se pasean con su precioso nieto "en brazos" pero con las manos libres. Mi hijo es hipermeganerviosoquenoparaniunsegundo y en cuantito lo pones en el fular (cuando era más bebé) o en la mochila se relaja y se tranquiliza. A nosotros nos encanta porque así podemos salir a dar largos paseos con la perra y prestarle la atención que también se merece, aunque sea un animal.
Y por último la crianza natural. Cada uno cría/educa a sus hijos como mejor sabe/puede. Todos tenemos la información en nuestras manos y podemos leer y releer sobre unos métodos u otros, lo que está claro es que siempre debe estar presente el respeto. Yo a mi hijo no lo he dejado llorar más de lo que he tardado en cogerlo y lo he tenido en brazos todo el tiempo que él ha necesitado o yo he necesitado, sí señor yo también he necesitado a mi hijo! Y no por eso creo que soy mejor madre que ninguna, aplico mi sentido común y creo que mi hijo tiene necesidades que yo debo satisfacer, no por eso voy a malcriarlo o malacostumbrarlo (que poquito me gusta eso de que te está tomando el pelo o lo estás mimando demasiado), lo que hago es hacerle sentir bien dentro de las posibilidades que tengo, es verdad que hay veces que no lo puedo hacer y pilla un berrinche pero no está solo está conmigo mientras yo le hablo o le explico que no puedo o le canto o le hago monerías mientras le corto las verduras para la comida...
Cada uno lo hace como sabe, puede, cree que es mejor o como le da la gana, lo que tenemos que tener claro es que hay que respetar a los demás porque nadie es mejor que nadie por hacerlo así o asá.
RESPETO
RESPETA
